Mintiendo para proteger modelos obsoletos de negocio

La industria de la cultura ha perdido, hoy por hoy, todos los embates, no solo contra el P2P, sino incluso contra las webs que enlazan contenidos P2P. Y como los jueces no se han tragado sus quejas, ahora prueban con videos propagandísticos con cifras del país de la piruleta y mafias organizadas mediante.

David Bravo lo ha escrito mejor, obviamente, pero... puestos a falsear una situación para crear sensación de necesidad de legislación sobre un aspecto,pongamos otro ejemplo fuera de contexto al estilo 'coalición de creadores':

los ciudadanos que prestan libros y DVDs a otros ciudadanos provocan unas pérdidas anuales de chorrocientos millones de euros, obteniendo a cambio un lucro consistente en que el otro ciudadano se siente en deuda y les presta otro libro o DVD (lucro devolutivo), o les invita a unas cañas (también llamado lucro alcohólico). A cambio, incluso, a veces dichos ciudadanos se intercambian unas palabras, en las que cuelan, subversivamente, sus respectivos trabajos. Está comprobado que si mientras le prestas un libro a alguien, le dices que tienes una ferretería, tus ganancias aumentan un 967854% (cifra aproximada), por lo tanto, hay un lucro nauseabundo que debe ser perseguido y castigado con la pena máxima para el infractor, su cómplice, la familia de ambos y para los ciudadanos que residan a menos de 6 km de donde se realice el intercambio. Perros incluídos.

Harto estoy de quejicas lamecojones que no son capaces de sacar adelante sus negocios y le echan la culpa a los demás. Harto de gente que no entiende que las reglas de negocio no se pueden forzar a golpe de intimidación por el hecho de que no te gusten. Harto de gente, que, con tal de seguir ganando pasta con algo que no interesa a la gente, miente, amenaza y tergiversa.

Harto.