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martes, 19 de junio de 2007

Esta paranoia es de Anónimo

Detalles


No puedo dejar de mirarla. Está en mi mente. Es la mujer más atractiva del local, no la más guapa. –¿Otra copa? –me pregunta Sonia acercándoseme al oído. Casi olvido que no estoy solo. -¡Otra!, no, eh, noo, luego. -Conocí a Sonia en una fiesta hace ya dos años y desde entonces supe que quería estar con ella… hasta hoy. –No ha venido Oscar- pregunto distraído. Ojos negros. Me gustan los ojos negros vivos como la noche. –Trabaja hasta tarde, ya sabes.- Oscar es su hermano mayor. Me cae bien aunque es un poco pesado, como Sonia, ¿será genético?. Pelo largo, liso y suelto. -¿Llamaste al pintor?- La pregunta me sorprende. -¿Pintor?. –Sonia me mira con cara de ser ignorada. Expresión que indica peligro. –El pintor para la oficina. ¿No me estás haciendo ni puto caso?. –¡Sii!, ¿por qué dices eso?, si te escucho y si llamé. –Miento porque no he hecho ninguna de las dos cosas. Tiene un cuerpo, desde aquí, estupendo. –Voy al baño, ahora vuelvo. –Doy medio giro pero antes de irme le doy un beso en el cuello. Resulta extraño y ella lo nota. -¿Pasa algo?. –No, nada. –que simple es mentir.

Me dirijo al servicio, el local no está bastante lleno, lo que me permite pasar cerca de ella. Casi la rozo. Cruzamos las miradas. Hace unos años la hubiera invitado a tomar algo. No me paro. Entro en el baño para seguir con el paripé. Es un lavabo individual, mejor. Miro el espejo mientras no sé que pienso. Estoy nervioso. Siento que quiero romper con todo. He olvidado porque Sonia me hace feliz. Me lavo la cara con abundante agua y dejo que moje mi camisa. Pasan unos minutos, para mi pocos. Vuelvo al bar.

Sigue ahí. Me mira. Adivino ver el brillo de sus ojos. Si, son negros. Regreso por el mismo camino, junto a ella. Nos miramos, primero los ojos, luego el cuerpo. Esta vez si me paro. Es una locura pero no me acuerdo de Sonia. Sonríe y parece que va a decir algo pero en principio ahoga el sonido. Parece bastante segura. Me gusta, me gusta mucho. -Hola... –Sencillo y directo, no respondo, durante unos segundos noto como me seduce –... Nunca has sentido que…- la interrumpo y giro la cabeza. Veo a Sonia. Está riéndose. El camarero le está contando algo con gestos excesivos. De repente mira hacia mí y nos ve. Noto como el tiempo se para. Intento despreciar estos últimos años juntos. No la quiero. Estoy preparado para lo peor, pero arruga la cara, me saca la lengua con un gesto pequeño, infantil y gracioso, y sigue con su charla. Me muerdo el labio inferior, es una manía suya, mientras muevo levemente la cabeza de un lado al otro. –… sentido, -ahora lo sé - ... sentido que no era el momento… que llegaba tarde.

Pull the shades
Razor blades
You're so tragic
I hate you so but love you more
I'm so elastic
The things you say
Games you play
Dirty magic



5 comentarios:

Ender Wiggins dijo...

Me gusta (y eso que todavía no he escuchado la música). Como un gesto puede dar la vuelta a una narración en una sola frase.

Buen ritmillo.

Jon Nieve dijo...

Como es habitual, soberbio.
Por cierto
T-R-A-I-D-O-R

Tere dijo...

Me ha encantado.....que bien escribes ainsssss

Ender Wiggins dijo...

La música muy cañera. muy de 'peligrooooo'

SueEllenRV dijo...

Me ha gustado también, texto y música