|
Sin plumas |
El último libro que me he leído es Sin Plumas, de Woody Allen, uno de mis cineastas favoritos. Lo "sustraje" del piso de estudiante en Salamanca de mi hermana. Me lo he pasado bastante bien con su lectura, os lo recomiendo.
Dice la wiki:
Sin Plumas ( publicado en 1975) es una de las obras más conocidas de Allen. El libro pasó 4 meses en la lista de libros más vendidos en el New York Times. El libro es una colección de historias cortas, y también cuenta con dos obras en un acto, "La Muerte (obra de teatro)" (Death (play)) y "Dios (obra de teatro)" (God (play)).
El nombre es esencialmente un juego de palabras con la frase de Emily Dickinson "La esperanza es esa cosa con plumas", que refleja a un Woody Allen con un neurótico sentimiento de desesperanza. El poema de Dickinson se menciona en una de las historias en la colección.
El ejemplar que yo cogí llevaba una plumita entre las hojas.
Os copio uno de sus disparatados relatos, que me parece genial:
Weinstein llamó al timbre del apartamento de Harriet, y de pronto allí estaba ella delante suyo. Elegante como una jirafa moteada, como siempre, pensó Weinstein. Era un chiste privado que ninguno de los dos entendía.
-Hola, Harriet- saludó.
-Oh, Ike- contestó ella-. No tienes por qué ser tan hipócrita.
Tenía razón. Qué falta de tacto en sus palabras. Se lo echó en cara amargamente.
-¿Cómo están los niños, Harriet?
-Nunca hemos tenido niños, Ike.
-Es que yo creí que cuatrocientos dólares por semana eran para el mantenimiento de las niños.
Ella se mordió el labio, Weinstein se mordió el suyo. Luego mordió el de ella.
-Harriet-murmuró-. Estoy...arruinado. Los huevos están bajando.
-Ya entiendo. ¿Y no te puede echar una mano tu shiksa?
-Para ti, cualquier chica que no sea judía es una shiksa.
-Dejésmolo estar.
La voz de Harriet sonaba ahogada por la recriminación. Weinstein sintió un repentino deseo de besarla, o si no a ella, a alguien.
-Harriet, ¿cuál ha sido nuestro error?
-Jamás nos enfrentamos con la realidad.
-No fue mía la culpa. Dijiste que estaba al norte.
-La realidad está al norte, Ike.
-No, Harriet. Los sueños están al norte. La realidad está al oeste. Las falsas esperanzas, al este, y creo que Luisiana está al sur.
Harriet poseía aún la facultad de excitarle sexualmente. Intentó tocarla, pero ella se apartó, y la mano de Weinstein fue a reposar sobre un plato de crema agria.
-¿Es por eso que te acostaste con tu psicoanalista?- barbotó por fin.
Su rostro estaba contraído por el furor. Se sentía a punto de desmayarse, pero no se acordaba de cómo caerse al suelo.
-Eso fue terapia- repuso ella fríamente- Según Freud, el sexo es el camino real al inconsciente.
-Freud dijo que los sueños eran el camino al inconsciente.
-Sexo, sueños...¿te las vas a dar de purista conmigo?
-Adiós Harriet.
Era inútil. Rien à dire, rien á faire. Weinstein salió, y se encaminó hacia Union Square. Se le saltaron de pronto las lágrimas, como si se hubiera roto un embalse. Lágrimas cálidas, saladas, contenidas durante años corrían ahora impetuosamente en un impúdico acceso de emoción. El problema era que le brotaban de las orejas. Fijaos en esto, pensó; ni siquiera puedo llorar como es debido. Se tapó las orejas con kleenex y emprendió el regreso a casa.
2 comentarios:
Muy bueno, que pena que Budy(paso de escribir Woody)no conociese a Tip o a Col. ja ja ja!!posadero.
Abrazo!!
Un abrazo, ¡agranitado!
Publicar un comentario