Unas minivacaciones de cine

Aviso: el nuevo corto de Pixar, abajo.

día 1: llegada a Alicante. Hacemos poco más que la compra, cenamos. Compruebo que hay varios vecinos bondadosos que tienen su wifi abierto.


día 2: por la mañana, comprobamos lo poco adaptado que está un Ender prototipo a la playa; aparte de la barriguita para sujetar el libro, el resto es un cúmulo de despropósitos: piel blancuzca (excepto en el lugar donde puse la mano por última vez para extender la crema, en el cual se ve una mano roja), barbaza, chanclas, picorcillo por la sal... la verdad es que la playa no es un gran invento.

por la tarde, vamos al cine a ver la nueva peli de Batman el Joker y un tío vestido de negro con orejitas de gremlin. La película es una oda a la anarquía aún mayor que V de Vendetta. El papel de Ledger, inconmensurable, incluso doblado (gran mérito del doblador, Daniel García, que mantienen los ticks y entonación del original con una fidelidad pasmosa).



La pena es que Ledger tendrá que ver su muy posible nominación en los Oscars desde el cielo cristiano, el infierno cristiano o el bol de espaguettis boloñesa Pastafari. Aunque no nos engañemos; el chaval bebe de 'la naranja mecánica' muy mucho (¿aunque... quién no tiene influencias?) y destacar en interpretación al lado de un Christian Bale que no puede ni mover el cuello y con un grave problema de ronquera (básicamente, parece que le hubiesen arrancado las cuerdas vocales con una cuchara oxidada) no es difícil. Pero la interpretación tiene su mérito, el maquillaje es asombroso y ni siquiera me fijo en lo inadecuado (aunque menos) que sigue siendo mi admirado Gary Oldman (refinado, conspícuo, malvadete en sus papeles usuales) para el papel del comisario Gordon (duro, sensato, amargadillo). No me pega un Gordon tan remilgado y flacucho en comparación con el Gordon del comic.

Y por cierto, el coche que aparece en la peli es una puta mierda comparado con el original en el que se inspiraron los guionistas.

día 3:

8:30 a.M. Los lugareños tienen un curioso sentido de las fiestas, despertándonos con tamborada y petardos.



Otra vez playa. Esta vez lo resisto más fácilmente, probablemente porque ya me he acostumbrado. Por la tarde, haraganeamos hasta que llega la hora de la cena. Al ser nuestro aniversario, nos vamos a Alicante, a un restaurante de mi elección. No, no era el McDonalds.



Probamos un montón de cosas que no volveremos a probar nunca, catamos un vino decentillo (que tampoco está el tema para gastarse 50 euros en una botella de vino) y observamos que de abulenses está lleno el mundo (la dueña del restaurante tiene familia en Ávila). Adicionalmente, el sumiller nos regala el momento absurdo del día cuando nos viene a servir el vino con el decantador y vierte la mitad de la copa en el mantel. En vez de simplemente disculparse y a otra cosa (que sería lo más sencillo), no se explica "cómo ha podido ocurrir" y busca alguna imperfección en la boca del decantador, alargando el momento. De repente, 'la esclava holandesa' alude a la necesidad de llamar al 'CSI Alicante' y el hombre se da por aludido. La cena continúa sin sobresaltos.

día 4:

8:30 a.M.

Lo de siempre.

qué poco he dormido. Nos vamos a Denia. Cumplo una ilusión que tenía desde ñajo, al mismo tiempo que constato que,bien el ayuntamiento, bien los escultores locales o bien ambos tienen sentido del humor.

El brazo es parte de un ender tamaño estándar,
así que... Para más jachondeo, la escultura está dedicada
a un famoso militar :-D

Da la casualidad de que son las fiestas de Moros y Cristianos de la ciudad. Curiosamente, tanto moros como cristianos llevan trabucos y pólvora. Cómo le gusta la pirotecnia a esta gente. La cosa empieza. Los petardazos empiezana atronar. Las alarmas de los coches saltan y echamos de menos los tapones de los oídos. Finalmente, después de atronar media ciudad, los moros acaban arrinconados en la plaza y se escenifica una lucha de espadas con música a lo churrimatrix que acaba con los moros derrotados. Nos largamos a ver el castillo de Denia, que como todo buen castillo está detrás de un buen puñao de escaleras. Nos encontramos con otra pareja de abulenses e intercambiamos los tipicos orgullos patrios;

muy bonito, pero está to roto

nada como unas buenas murallas

Y también hacemos la foto obligada de las vacaciones...

unos individuos normales harían fotos al castillo.
Unos anormales, a los gatos.
Ehem.

Cenamos mientras vemos el desfile de las orgullosas cofradías de moros y de cristianos, que van por las calles agarraditos del brazo y cada una con su banda de música detrás. Dada la cantidad de cofradías, deduzco hábilmente que el aprendizaje de un instrumento musical en Denia debe ser asignatura obligada en las escuelas, junto con la de "manejo de pólvora", "esgrima sarracena" y "sordera avanzada: no es pa tanto". Volvemos a las tantas y caemos dormidos cual cestos.

día 5:

8:30:


Adivina (empieza por "p-" y termina por "-utos tambores y petarditos")

aparte de tener una rima muy mala, el día lo dedicamos a visitar un sitio que fácilmente podría ser llamado "El Gredos de Benidorm". El sitio en cuestión se llama Fonts de l'Algar. Es un paraje tremendo que se basa en un río y lo que le rodea, y en el que con una intervención mínima (unas escaleras y un par de construcciones, todo en madera) han conseguido un mini-parque natural bastante agradable para pasar el día.

Nada más entrar en el complejo de Fonts de l'Algar lo primero que observaréis es la cantidad de parkings que hay a ambos lados de la carretera. Estos parkins son privados, y por tanto, de apoquinar pasta (3 euros). Hay un parking público en la entrada del parque que es gratuito y que está justo al lado de la zona de picnic.

Lo segundo que observaréis es que hay cantidad de restaurantes, por lo que si no sois de los de picnic, podéis comer sin problemas. Hay algunos restaurantes que incluyen derecho a piscina y parking, o que realizan descuentos en los parkings privados. Como siempre, mejor cuanto más avancéis hacia la entrada del parque. Lo ideal es aparcar el coche en el parking público y luego darse un paseillo por la zona.


Por la tarde, fuimos al cine, esta vez a ver Wall-e.

Magistral. No hay palabras. Literalmente. Sólo al final empiezan a aparecer diálogos y la cosa se suaviza y domestica un tanto, pero el inicio es digno sucesor de Buster Keaton y sus andanzas.


Por cierto, el corto con el que Pixar suele abrir boca en sus películas es sencillamente soberbio...