Regreso y fotogalería

Pues sí, como dice el sabio de Vantown, con los islandeses no se juega. Mucho me reía yo y ayer estuve a punto de quedarme en tierra. Cuando ya estábamos en el avión nos anunciaron que teníamos que esperar porque había que modificar el plan de vuelo para esquivar la nube de ceniza. Al final dimos un rodeo pero llegamos.

Y del viaje ¿qué? Pues que mucho Praga, mucho Praga, pero lo que más me ha gustado con diferencia es Budapest, que me ha parecido algo viejuna pero espectacular. Su Parlamento es uno de los edificios más bellos que haya visto, su isla Margarita un parque toda ella de lo más agradable. Y las vistas desde la Ciudadela o el Mirador de los Pescadores...Y en cuanto a sus calles, sus edificios son de lo más creativo. Y me quedé con ganas de ver su Museo del Comunismo ( único en Europa) o bañarme en sus termas. Imperdonable. Creo que es una ciudad que a poco que mejore, que lo hará, va a ser inigualable.
Praga es un bonito pueblito ( su centro) y Viena muy señorial, pero algo fría.
¡Qué digo!, yo que sé.
Mejor os hago un resumen fotográfico de algunas cosas que hice o ví:




Vaaale, Praga no está tan mal.


Además hay casas que bailan.


La primera vez en mi vida que pago 20 euros y me sientan en las escaleras. Eso sí, los músicos estaban a dos metros y era en el Museo Nacional de Praga. Me gustó mucho el concierto.


¡Anda, sin tornos! Para unos españoles vándalos como nosotros el metro (y el tranvía) era gratis.


Nuestro hotel de Praga tenía vistas al Puente Carlos. Ya decía yo que era muy barato. ¡Ay Pepetravel, Pepetravel!


Por aquí no se va al Castillo de Karlstejn. Nos subimos más de media montaña ( y detrás varios turistas incautos que se fiaron de nosotros) para nada. Eso sí, tomamos unas fotos muy bonitas desde arriba.


El Castillo de Karlstejn, ¡por fin!


En Austria también andan pendientes de la política española.


Viena. Como buenos turistas, nos tomamos una Tarta Sacher en el lugar de su invención. Y digo una. Como veis, hay una tarta y dos tenedores, que hay que ahorrar.


Como homenaje a Duczen y Vantown, hice estos piececicos in the world ( versión cojito) en la mismísima Opera de Viena. Como veis, iba de rigurosa etiqueta. Representaron El Barbero de Sevilla. Una y no más, Santo Tomás.


La habitación de nuestro hotel en Budapest tenía tantos espejos que, como buen Géminis, aproveché para duplicarme.


El transporte público en el Danubio. ¡Si Strauss levantara la cabeza!


Budapest. El Bastión de los Pescadores y la Iglesia de Matías.


El Parlamento de Budapest. Espectacular.


Imre Nagy mirando al Parlamento, símbolo de las libertades por las que luchó y perdió la vida.


Una agradable cenita con vino húngaro y el Palacio al fondo.


Aquí había una Iglesia, pero el régimen comunista se la cepilló porque estaba en la avenida donde hacían los desfiles y claro, les estropeaba las fotos.


Para finalizar como Dios manda, unos piececicos in the world bien hechos. Budapest.