una reflexión humorístico-futbolera...

...que se podría aplicar a otros ámbitos (distintos del futbolístico)

Pero lo primero es lo primero.

Hemos bailado a los alemanes, que estaban más perdidos que un guiri en un festival de imitadores de 'chiquito de la calzada'

quejas por el alemán, al traductor de Google.
quejas por no entender el chiste,
a este señor

Y ahora ya, la reflexión, y ese famoso dibujo del 'perdemos' que me tragué con patatas (afortunadamente) en el España-Italia:


Los humoristas, cuando escojen temas, podrían parecer cabrones crueles que se regodean en la miseria.

Los "pintamonas con pretensiones", subgrupo de los anteriores (en el cual me incluyo) tenemos también esa compulsión; coger un hecho, una noticia, un defecto,... y sacarle punta. Exagerarlo o ridiculizarlo.Dar una visión distinta, para remarcar las injusticias o simplemente, los contrasentidos. A veces cogemos un hecho positivo, una noticia benévola, pero mejor si es un hecho que genera encabronamiento / tristeza / estrés en el resto del mundo. ¿por qué? Sencillo.

No suele hace falta hacer un chiste cuando todo es bonito o alguien gana impecablemente y todo el mundo está contento. Aunque hay gente que lo hace (porque de su chiste depende su sueldo), al dibujante / humorista le encanta sacar una sonrisa de donde no la hay. Si España hubiera perdido hoy, tened por seguro que mañana habría miles de chistes que relativizarían nuestra pérdida.

A unos les parecería una burla y una falta de sensibilidad. Pero otros esbozarán una sonrisa y la pena será un poquito menos jodida. Así somos los pintamonas. Unas jodidas madres Teresas de la sonrisa.

Por eso hay quien exagera las situaciones políticas, humaniza en exceso a sus protagonistas (el excelente Manel Fontdevilla) para que no nos parezcan cuatro sub-humanos sin escrúpulos que se pelean por el dinero público. Por eso hay humoristas que hacen chistes de temas tan serios como la inmigración; porque si estamos tan adormilados como para no protestar cuando nos lo dicen en un telediario, quizá si un chiste nos grita en la cara las atrocidades que cometemos con alguien sólo por haber nacido en otro país, quizás reflexionemos un poquito. Quizás relativizemos nuestras pérdidas y nuestras miserias y pensemos cómo solucionarlas. Quizá necesitemos esa visión ácida / alternativa que nos proporcionan personajes como Mafalda.

Así que no me censuréis porque, cuando jugamos contra Italia, me pusiese en lo peor y pergreñase esto: