conversaciones de ascensor

Situación: Viernes, noche, ya tarde (serían las 23). La esclava holandesa y yo salimos del ascensor. Ella saca las llaves del bolso y empieza a abrir. Yo, por hacer algo de provecho, me tiro un sonoro pedo. La esclava me mira y yo la respondo "¿qué? mejor fuera que en casa, ¿no?". Ella contesta que "hay vecinos" y justo cuando yo le respondo que es tarde y no hay vecinos a la vista, la puerta del ascensor a nuestro lado se abre.

En el ascensor hay dos señores, cada uno mirando para un lado del techo, los dos de unos 50, coloradotes, serios.

- oiga, que ya estamos en el sexto - le espeta uno al otro
- yo no he dado al sexto - responde el segundo

Entre medias, todavía con el pedo en el aire, se me ocurre soltar un "buenas noches". Los ocupantes del ascensor me ignoran como si yo fuese el fantasma de las Navidades pasadas.

- que sí, que lo ha dado - insiste el primero
- ¡que no, que yo voy al séptimo!

La puerta del ascensor se cierra y el ascensor sigue su curso. La esclava holandesa y yo nos miramos, flipados.

- esto para el blog - digo yo
- Después de lo del garaje, van a pensar que te has mudado a un psiquiátrico