Mientras esperamos la gran crónica...

...sobre el concierto de héroes, os voy a contar, en modo "grandificar la vida cotidiana", mi fin de semana:

- Sigo sin internet, aunque Ranio ya me ha aconsejado al respecto
- El Sábado, la esclava Holandesa y yo, tuvimos un día cojonudo:

A primera hora de la mañana, a eso de las 12 (oiga, que es Sábado y somos parientes cercanos de las marmotas, qué pasa), nos acercamos al mega-centro comercial de turno y, tras sopesar durante todo el mes sobre distintas opciones, compramos en módicos plazos este bebé:

(+info para los viciosos hi-tech)

La esclava Holandesa se había quedado sin su ordenador, y yo ya tenía mono de comprar algo de tecnología :-D

Por la tarde, después de una opípara comida y una siesta, sacamos las bicis del trastero (no sin antes un trabajo previo de ordenación del caos que me valió el título honorífico de rey del tetris trasteril) y nos dedicamos a, vestidos de payasetes, brincar cual cabras montesas por un camino que hay al lado de casa (vivimos a un paso del campo, única ventaja de vivir allá donde Cristo no ya perdió el mechero, sino donde extravió hasta el paquete de Ducados)

La verdad es que relajante es un rato. Al par de kilómetros, estabamos en pleno campo, con sus arbolitos, sus pájaros, su olorcillo a bosta de vaca,....

Cuando volvimos, como todavía había luz, decidimos probar el balón de baloncesto que tenía olvidado en casa de mis padres. A tal efecto, fuimos a la cancha de baloncesto que tenemos en las zonas comunes y le pegamos unas cuantas pedradas al tablero hasta que se hizo de noche, y nos cansamos.

En esto que yo me fuí a colocar el balón en el trastero, y oí que la esclava holandesa hablaba con alguien. Cuando volví, oh, grata sorpresa. Ranio y su novia (Bellucci), que iban a cenar en un sitio cercano y decidieron pasarse, aunque solo fuese a ver el portal (porque obviamente, no nos habíamos llevado ni moviles, ni ná de ná, y por más que intentaron avisarnos de que venían, nosotros estabamos muy "apagados o fuera de cobertura en esos momentos")

Conclusión; un día perfecto. Cenamos animadamente, y el Domingo volvimos a tener visita (esta vez en forma de mi madre y dos tías mías). Si se puede decir algo de mis dos tías es que son de esas moderniquis; igual te aconsejan sobre productos de limpieza, que te piden que las mandes por bluetooth algo al movil, te comentan la última película en cartel o lo que mola su noviete italiano (o sooooole mío). Mi madre, más tranquilita (a alguien tenía que salir yo en lo de la parsimonia), es más de cariñitos y besuqueos, cosa que me encanta.

El caso es que el fin de semana ha sido completito. Aunque esto de no tener conexion a internet es cada vez más molesto... a ver si me llega pronto la primera factura de tele(a)fónica y me puedo dedicar a hacer cosas productivas, como petar mi nuevo disco de 500 gigas con todo lo que me he perdido del emule escribir en estre weblog desde casa...