Las suecas molan, los suecos no (Parte I)

Cuando crees / que me ves
Me cruzo Maaaadrid
Hago Chas / y aparezco en Ikeeeaaaa

Esta semana he estado desaparecido (hasta hoy) gracias a nuestra nueva casa. El Lunes se nos pasó haciendo limpiezas varias; primera ronda a fondo sobre la cocina, limpieza de pinturilla de puertas y armarios (motitas), y poco más.

El Martes, tuvimos que montar un monstruo de estos de Ikea. Gronhum Boggeldorf Trashcum Hemnes. El caso es que aquello tenía un librito de instrucciones con 50 sencillos pasos, con montones de flechas, y tornillitos, y tablas entrecuzándose... doy gracias a mi suegro Mc Gyver.

¿Sofá?¿Cama?¿Instrumento de tortura para manitas amateur? ¡ las tres cosas por poco precio!

Obviamente, con o sin suegro, nos equivocamos al poner una cosa. Obviamente, de las primeras piezas. Obviamente, por mi culpa, porque estaba charlando amigablemente con el cerrajero, tío majo donde los haya, que parecía el correcaminos con 7 redbull encima. Pero luego hablo de él...

El caso es que, mi suegro, sin nadie que revisase sus deducciones a partir de los planos (Para montar un mueble de IKEA, es mejor que haya dos personas; así los fallos espaciales se notan antes), montó los railes de los cajones al revés.

Así que, cuando intentamos meter los cajones, no entraban. Eran ya las 8 de la tarde, estabamos cansados, y mi suegro y yo estabamos mirando el plano como pazguatos. Se nos unió la esclava holandesa. Al cuarto de hora de "atornilla / desatornilla / gira / levanta /mecaguendiox", la esclava holandesa (bella a la par que inteligente) señaló, astutamente, que los railes estaban mal montados.

Y aquí empezó el momento cumbre del día... y aquí dejo el tema para el segundo capítulo. Para que os entretengáis mientras, y no os preguntéis por el título de este post, ahí va una sueca:

(votos para que beba a morro: 2.897.398.784 y subiendo)

Mañana, si mi vecino me sigue cediendo amablemente y sin saberlo, su conexión WIFI, continuaré con:

- Fundamentos prácticos de comunicación con suegras (y que te escuchen)

- La mayor aventura que he pasado nunca en el IKEA; el overbooking sin avión.