Un final feliz, digo yo, ¿no?

Esto sólo es para desestresarme y poco más. He avisado. Interés general nulo. ¡Viva el espíritu ikea!, a magnificar el día a día.... ¡Hala, te has pasao!. Cambiemos la introducción por... De como funciona un puto negocio del sector servicios, de como tener descontentos a los clientes y de como acabar de niñera de compañeros de 58 tacos, ejem, esto último otro día.

Riiiiiiiiiinggggggggg rinnnnnnnggggggggg
-Bla bla blas del negocio, buenos días. (Pasando de trato personalizado y mariconadas delatadoras de la identidad propia, es decir, empresa pequeña y eso nos la suda).
-Soy el compañero_toca_huevos_de_58_tacos, el cacharro no funciona. Pídeme la electrónica.
-Ok, urgente. (resumiendo que cobramos por tiempo).

En estas pedimos la electrónica en cuestión de manera urgentísima. Esta semana la tienda está cerrada, pero no es problema porque los transportistas saben que si llaman les abrimos. ¡Craso error!. Este es nuevo o se lo hace y no llama. ¡Grrrrrrrrrrrr!

Dos días esperando y retrasando el trabajo de esa zona para poder atender a todo Dios encabronado sin descuidar otras zonas y hasta los huevos del mundo en general. Una comarca llena de hobbits mosqueados y con el ego alzado.

Al séptimo día Dios descanso, pues yo al segundo llamé al transporte para informar de que estábamos vivos y dar mi número de teléfono móvil personal disponible 24 h. al día, descuentos a grupos por si venían y no me encontraban.

Al tercer día, el transporte pasa de nuestro culo, la central concretamente, les vuelvo a llamar de buen rollo. Me informan que el reparto está en estado de entrega, a lo que yo pregunto que qué significa eso y en qué ciudad está mi puta electrónica. Lo de puta no lo dije pero lo pensé. Me aseguran que está en mi ciudad y me dan el teléfono de la delegación. La cosa mejora.

Llamo a la delegación y me dicen que mañana me sirven. ¡Y una polla! que mi compañero se tiene que pirar a las 09:00 de ruta y estos no me sirven hasta después del programa del puto tomate. Lo de puto no lo pensé, me sale natural. Por lo que me ofrezco a ir al polígono industrial a buscar mi puta electrónica (lo de puta no lo digo).

Cojo la partner, quiero decir que enciendo el coche, digo que lo arranco, vamos que lo pongo en marcha y me voy caminito a Santurce pasasando por el polígono industrial de marras. ¡Coño! si no tengo ni puta idea de dónde está la sede. ¡Imbécil! y el teléfono desde el que llamé era el de la oficina y no he apuntado el número. ¡Subnormal!, no tanto porque sé que está al lado de otras dos empresas que conozco. Entonces caigo en la cuenta de que en realidad conozco sus nombres pero no su localización. ¡Gilipollas!, menos mal que es un polígono pequeñito y todo se encuentra rápido... o se tarda un poco por el puto sol que está justo en ese momento en el que da por culo.

A la media hora, no está mal, y otro ratito más, ejem, estoy en la oficina con mi bendita electrónica y repartiendo trabajo a todo Hércules que asome el hocico.

[Pause] ... otro día cuento las dos movidas con los dos de marras que tienen tela... [NO pause]

Hoy, el día va bien.

Riiiiiiiiiiinnnnnnnnnn riiiiiiiiiiiiiiiinggggggggg (la verdad es que el tlf no suena así ).
-Si.
-No te lo vas a creer.
-¿No?.
-Estoy en casa del usuario y la electrónica....
-Si, dime, ¿qué le pasa?.
-La caja está vacía.
-¡La PUTA caja está vacía! (esta vez si dije puta).

En fin, que más reclamaciones a transportes, central, fabricante y espíritu santo, etc = a Mala Fama y usuario a punto de comprar una Taser x26.

Pd. (unas 7 horas después):
Me caguen en el puto gilipollas de los cojones como se puede ser tan subnormal y tocar tanto los huevos con la que hemos liado, reclamaciones a terceros incluidas, jodido efecto domino para depurar responsabilidades, es decir, colocar el marrón y su culpa al último pringao de la pirámide de Maslow que por cierto debemos tener la cúspide metida en el culo. En serio, tengo un cabreo descomunal que no pienso seguir escribiendo más para no dejar constancia de todas las barbaridades que ...

¡Ah!, que no lo he dicho: Me acaba de llamar mi bien amado compañero para decir que se ha equivocado de caja y que si está la electrónica. Que era otra caja vacía que él tenía y las ha confundido. ¿Una vieja con una nueva precintada?, porque seguro que la vacía no estaba precintada, que eso es para mear a parte, pero para mear sangre y a chorros. ¡Stop! que me lío a decir capulladas.
Hay tantas cosas en esta historia que no entiendo, que me cabrean (y mucho) y tantas que me producen tanta vergüenza que sólo puedo decir: SU PUTA MADRE.