Todos llevamos dentro un "León, El Profesional"

Y digo esto porque nadie que haya jugado a cualquiera de las partes de esta saga que ahora voy a comentar, puede negar que no haya disfrutado convirtiendose en un asesino a sueldo....

...efectivamente, nuestro querido Agente 47. La trama de la saga (hace ya tiempo que sacaron la cuarta parte, por no decir una pelicula que seguramente no llegue a la altura de juego) nos hara convertirnos en el Agente 47, un asesino a sueldo de "La Agencia".

Hasta aqui todo parece mas de lo mismo (un objetivo y matalo a toda costa), pero lo que hace a esta saga diferente es la infinidad de maneras de teminar una mision; desde intentar ser como un fantasma que no deja rastro y que nadie conoce, hasta destrozarlo todo tipo Terminator y que no quede ni el apuntador, eso depende de ti, y de tu planteamiento de la mision.

La trama de la historia es bastante interesante, pero para que engañarnos, lo que todos queremos es que no den una cuerda de piano y una pistola con silenciador y a disfrutar.
Por si fuera poco, en cierta misiones solo dispondremos de un armamento determinado (y nada mas que ese armamento), o tendremos que cumplir unos objetivos adicionales, ejemplo:

En la primera mision de todo la saga (con dos cojones, nada mas empezar el juego) nos dan un rifle de francotirador y una bala y nos encargan matar a un jefe de la triadas chinas que tiene una reunion en un parte lleno de guardaespaldas.

Otra de las cosas a destacar es que llevamos una especie de medidor que nos revela en que cuantia llamamos la atencion de la gente (desde pasar desapercibido, hasta que todo el mundo nos reconozca como un asesino), a esto hay que añadir una de las mejores cosas del propio juego... Los disfraces. De cada persona que liquidemos (y no nos hayan visto) podremos ponernos su ropa y asi pasar desapercibidos para lograrnos infiltrar en la zona en cuestion, y ademas interactuar con muchisimos objetos que nos permitiran resolver las misiones de varias maneras.

En fin, que esta joya de juego merece la pena jugarlo (o por lo menos darle una oportunidad y probarlo) ya que las posibilidades son infinitas.