Costumbres extrañas

Cada año, una o dos veces, llego a un acuerdo con otras 9 personas para que me torturen a base de golpes con una cosa de cuero.
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No es nada extraño; hay gente que le da por la coprofagia, o por ir los Domingos a edificios con mucho eco para que un señor les cuente lo que tienen que hacer para que les crezcan alas como a los Loros y puedan ir al cielo; a otros incluso les da por votar a Bush; incluso hay infelices que tienen por costumbre buscar una plaza de aparcamiento en Madrid en la que no haya que pagar.

Yo juego al futbito de portero.

Esto, que podría parecer saludable, en realidad no lo es, por varias razones:

a) No hago deporte más allá de andar un rato todos los días y un poco de bici los fines de semana.
b) de a) se deduce que estoy en forma. De botijo.
c) b) viene de a) y de que tengo un trabajo que me tiene delante de un monitor 8 10 12 muchas horas diarias

Mi ventaja competitiva para ser un buen portero de futbito radica en varias cosas;

1) Todavía tengo cierta flexibilidad y reflejos



2) Lo que no puedo compensar con lo anterior, lo suplo con mi falta de miedo; tengo el instinto de supervivencia de un lemming; cuando juego, mi instinto de conservación parece huir, y me encuentro en situaciones tipo "ahivá, eso que se acerca es el poste...bueno, ya se apartará". Si los campos de futbito tuvieran acantilados, hace tiempo que estaría en el cielo, con el gran MEV. Basten dos ejemplos;

1) la vez que descubrí que hay veces que es mejor no poner la mano en el camino de un obús balón:



2) la vez que descubrí que las carambolas con mala 'oxtia' existen:




Como conclusión de lo anteriormente expuesto, os podéis imaginar que los días posteriores a un partido son para mi cuerpo como un libro de álgebra para George Bush: un dolor insufrible: A las previsibles agujetas y temblor muscular se unen los moratones en muslos (la mayor parte de las veces, los porteros no aterrizamos de pie) y ocasionalmente, algún que otro dedo contusionado, o una muñeca abierta.

El parte médico del partido que jugué este martes ha desgranado todo esto junto; Así que hoy, mientras intento teclear menos fuerte con la mano izquierda porque la muñeca me está matando y de la mano derecha sólo uso cuatro dedos porque uno de ellos tiene forma (y color) de morcilla de Burgos y me remuevo incómodo en la silla porque no encuentro una postura en la que no me duelan los morados, me pregunto:

¿cómo me voy a hacer pajas ahora?

¿porqué hago esto?

Pues no lo sé. Supongo que jugar al fútbol me gusta.... pero al que dijo:

a) "una vez al año no hace daño"
b) "el deporte es salud"


Habría que colgarle de un pino por los huevos. Por listo.