Retinados

Llevaba unos días durmiendo mal, demasiados ya. Siendo sinceros no es que lo hiciera mal, el tiempo que permanecía dormido transcurría de un tirón, sin interrupciones, aprovechando al máximo el descanso; dormía poco y a pesar de que se despertaba temprano, su cuerpo estaba descansado, no así sus ojos ni su mente.

Salió a trabajar como tantos otros días. Se adentró en la niebla que últimamente con cada vez más asiduidad le daba los buenos días. Estaba lloviendo. Hoy iba a ser un día más con mucho trabajo y, como era costumbre, con muchos imprevistos. Uno de ellos le hizo abandonar su puesto y ausentarse una hora.
Durante ese periodo no pasó nada relevante, se encontraba bien. Fue al sentarse delante de su ordenador. Su mente se colapsó. No fueron pensamientos, ni falta de oxígeno o lo que alimentara su cabeza. Fueron sus ojos. En medio de su visión apareció un rayo de luz blanca. Dos líneas cruzaban sus ojos y de ellas nacían innumerables de afluentes, inmaculadas auroras boreales que dividían todo su horizonte en infinidad de partes.

No se asustó, no era la primera vez que le sucedía. Hace más de medio año le ocurrió lo mismo, esa vez lo achacó al cansancio. Cerró los ojos varios segundos para relajarse. Era extraño porque esta vez no notó pesadez ni malestar, así que los volvió a abrir. Nada había cambiado. Intentó leer el informe que tenía delante, no fue capaz, las palabras se superponían perdiendo su forma, luchando por ser las reinas de un circo bizarro y extravagante. Volvió a cerrar los ojos. Seguía sin estar asustado. Intentó serenar su vista una y otra vez. Siempre fracasaba. Ya no pudo más y dejó de intentarlo.

En estos días no estaba bien visto ese tipo de incidencias. Irónico, no estar bien visto el ver mal. Estas manifestación estaban asociadas a la cognosciencia y, lo que en principio podría ser un Don, se convertía en presa de fanáticos religiosos y , lo que era aún peor, en instrumento del gobierno. Circulaban muchos rumores sobre que sucedía con estas personas. No había pruebas, pero tampoco era necesario ver el aire para respirarlo. No quería ser uno de ellos. Él no tenía visiones ni poderes mágicos o sobrenaturales... no era un superhéroe, tan sólo no veía bien. Así de simple.

Siguió disimulando.


PD.: Lo mio es vicio, llevo todo el día que no veo bien (eso es cierto) y en vez de escribir: ¡¡me caguen la puta que no veo!! me sale esto.... mamma mia.
No está trabajado, es una improvisación a partir de una frase que le he puesto a Ender en un mail. Reclamaciones a él :D

¡Hey! Una propuesta/idea.

Si alguien quiere continuar con el siguiente capítulo puede hacerlo; sólo tiene que gustarme, un pequeño filtro de na...

En el hipotético caso de que alguien se decida....
mail

yosoykeysersoze (en gmail).

o el mío

duczen (en gmail también)

con el mío os aseguráis de que se lea, que en el otro lo mismo pasa mucho tiempo hasta que a alguien le de por revisar la cuenta ;P