MudanzasBrico

Como las amenazas son deuda y lo prometido es para meter...

... Segunda parte de las DuczenJackAventuras.

Vaya mierda de Título,
a fastidiarse toca.

Al sábado siguiente Jack y yo volvimos a terminar la nueva tarea que nos esperaba.
Bien, llegados a este punto del post, ya he de confesar que he mentido, ya que cuando realizamos la primera mudanza yo no sabía que había otra y no fue al sábado siguiente, sino al siguiente del siguiente o algún otro.

Esta vez, si tomé decisiones... Todo salió igual.
Cogí la furgoneta y me dirigí a la ex casa de Jack. Entré en su casa cantando, tenía la mañana alegre y teniendo en cuenta que él me hacía sufrir con esta mudanza, yo a él con mi angelical voz. Mientras Jack murmuraba no sé qué de unas cajas y divagaba sobre si pesaban o no, se hacía el vaguete justificado por sus lumbares, yo me dediqué a sacar unas cuantas cajas y colocarlas en la furgoneta que previamente había vaciado.
En honor a la verdad, Jack ayudó a pesar de su maltrecha espalda.

Una vez cargadas las cajas y la furgoneta apunto. Cogimos la mesa de dibujo y la llevamos a pulso andando por la calle hasta el garaje. Si, amigos, cargamos una furgoneta para luego trasportar a pelo una mesa que se abría sola. El destino estaba en la calle de al lado, como la chica y la suerte, ¿qué os habéis pensado?, tolais. ¡Uy! Perdón, no quería pseudoinsultar, ya tenéis bastante con el post.


Una vez dejada la mesa en su nuevo hogar, el garaje trastero, y antes de ir con la furgoneta llena de cajas al trastero de la nueva casa, el amigo Jack me comentó que había que llevar también un sofa. ¿Un sofá?, ¡más viajes, y una mierda!. Así que obligue a las lumbares de Jack a descargar la furgoneta y cargar el sofá en su lugar. Ya, ya, esperar un segundo antes de opinar, impacientes. La puerta no cerraba así que pusimos unos pulpos, no el animal de compañía, y asunto apañao. El único problema es que no teníamos la señal de señalización adecuada (ni la no adecuada)... nos encomendamos a la suerte, a la mía no a la de Jack (jajaja). Ahora sí, entre los huecos que dejo el sofá, cargamos las cajas. Un 2x1.

Despacito y con buena letra llegamos a la nueva casa de Jack, al garaje, ese que está en frente del puti. Esta vez no tuve que preguntar por donde se entraba... Y allí, Jack desplegó su magia: no tenía las llaves de casa ni del trastero.

¡¡ Yo le Ma-to !!.

Le mandé/decidió aporrear la puerta del portal y llamar a su chica, que estaba en la casa; pero yo no sé si estaba haciéndose las brasileñas, insonorizando el baño, molándose a lo bestia o qué, el caso es que no le oyó. Yo aproveché para vaciar las cajas de la furgoneta y apilarlas en su plaza de garaje, estuve por echar una lona por encima y simular un porsche pooorch en plan homenaje a friends.



Nos vimos obligados a regresar a la ex casa de Jack para recoger las llaves que se las había dejado en su hooooondaaaa. ¿Fácil, no?. Pues no, porque el sofá no cabía por la puerta que unía el garaje con el piso, así que tuvimos que volver con el sofá en la furgoneta con las puertas sin cerrar a darnos una vuelta turística por la ciudad. Nada grave, sólo pasamos por al lado de la comisaría, los juzgados y un par de monumentos… de unos veintitantos años.
Si, Jack, me lo he inventado pero es para introducir las dos fotos siguientes. Aprende de Ender, él no se queja.

Jack murmuró no sé qué de parar y descargar en no sé donde, yo como ya quería irme a hacer mis cosas, fueran las que fueran y suponiendo que tuviera algunas, decidí que parábamos en mitad de la calle, descargábamos, él esperaba y yo me iba a estacionar bien. Yo conduzco, yo decido (que ista me ha quedado).





Gentes que os sentís atraídos por el género femenino. En este punto ya da igual lo que os cuente porque posiblemente no dejéis de pensar que buenas están las Cylon; pero bueno, ¡terminemos pues!.
Subir el sofá hasta su destino fue una odisea que si la escribe Homero ahora mismo tendríamos a Brad haciendo de metrosexual indignado por el poco brillo de su pelo y maldiciendo a los Dioses por no haber descubierto todavía la camomila. Las lumbares de Jack se portaron de puta pena, pero él con dos cohones. Resumiendo: subimos, bajamos, esquivamos, hicimos un estudio físico espacial del terreno y lo aplicamos a los giros imposibles para llegar a la última puerta. Allí fue donde, y como era de suponer, tuvimos que quitar las patas del sofá para poder sortear este último obstáculo.
Es ley de vida,

... sufrir en todo el camino para no trabajar más de lo estrictamente necesario, para al final tener que hacer el trabajo que querías evitar y que si hubieras hecho al principio hubieras evitado la mitad del que ya llevas ...

... pero España no se construyo con grandes mentes,
sino con grandes momentos.

¿Y esto a qué viene?. Es un final de párrafo high-moment. ¿Y high-moment qué es?. Es una expresión que te acabas de inventar para... ¡¡¡¡Dioses!!!!, me voy a ver BSG3.

FIN.