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jueves, 15 de febrero de 2007

Esta paranoia es de Anónimo

Cuentos de jazmín

(... spin-off con permiso de Ender ...)


Siempre he sido una persona extrañamente detallista. No en el sentido de cuidar hasta el más mínimo detalle sino en el de que los detalles más extraños me hacen tomar una u otra decisión. Desde que era pequeña siempre soñé con un hombre que me quisiera, el inocente cuento del príncipe azul, pero con una diferencia, que él me encontraría por mi olor.

Está mañana se ha ido. Me ha dicho –No volveré -como si fuera necesario explicarlo. Le he dejado irse, ya se había ido hace mucho tiempo atrás. No me ha importado, no era Él, pero me he sentido otra vez soñadora y me he puesto mi perfume -mi estúpido perfume atrae-principitos-. Es gracioso pero después de tantos años y tantos aspirantes sigo queriendo encontrar a mi eterno Príncipe Azul, -Bequelar ven a mi… -Sonrío, la tontería me hace gracia. Odio estar tan cursi y tan sensible.

Salgo de casa. -¡Más te vale encontrarme antes del metro! -pienso mientras observo al resto de paseantes, -…es imposible que me huelas allí… -esto último creo que lo he suspirado, a raíz de las cara que me pone un chico que le ha salido a un montón de granos que circulan a mi lado.

Bajo las escaleras del metro. -¿Sabes que podrías ser tu? -me burlo con la mirada (y mi olor) del aburrido revisor. Entro en el vagón, hay poca gente, un tipo jugando con su móvil, una mujer leyendo -¡ojalá fuera lesbiana! –pienso mientras la observo, es muy guapa. Nadie interesante para mi. No pido que sepa apreciar la sutil diferencia del jazmín con mi perfume, pero por lo menos que lo reconozca o como mínimo que distinga el olor del azahar de una petunia.

Entre reflexiones olorosas llegamos a la primera parada. Entran 10 o 12 personas, entre ellos un chico despistado, un poco desaliñado, creo que lo llaman look casual. A mi me parece simplemente despiste… Está leyendo un libro de esos de dragones -¿Podría ser un libro de príncipes y perfumes valientes?.... – Se ha parado. ¡Está dormido todavía! –pienso con desgana, aunque por un momento deseo que se hubiera fijado en mi… pero ha visto a la mujer hermosa. Se dirige hacia ella. -¡Como no!, ¡otro pene andante con rigor matutino! –Dejo de pensar en él, me limito a no pensar.

El metro, o la señorita voz “da igual lo que te diga siempre suena a lo mismo”, avisa de la próxima parada. Como hoy me siento idealista vuelvo a mirar al chico del libro. Está, literalmente, devorando a la mujer guapa. -¡Sólo le falta mojarla con pan! –otra oportunidad perdida por el gen masculino -¡Tu te lo pierdes! –Salgo del vagón no sin antes dejar entrar a una anciana que me golpea la pierna con su bastón –¡Hija puta!, ¡ojalá te roben! –le digo con mi más falsa pero efectiva sonrisa, o por lo menos lo pienso.

El metro sigue su camino y yo el mío. Por un momento me vuelvo a acordar del chico del libro. –Solo tenías que haberme olido, no es tan difícil… -Miro de reojo y batacummmm me estrello de bruces con una pared móvil vestida con bermudas y camisa abotonada.

-¿Estas bien? -escucho mientras la cabeza me duele horrores como una película de torrente.
-Sí, -miento, -creo que sí.

-¡Espera!, te ayudo a levantarte. –Del golpe estoy espatarrada en el suelo en una posición muy poco femenina, ni principesca.

-¡Gracias!, puedo yo sola –La cabeza me sigue matando pero menos… Miro a mi puchinball… no está mal.

-¡Lo siento!, –me dice mi agresor –ya lo he perdido… -mientras señala al metro.

No le digo nada, esbozo por segunda vez mi sonrisa mientras me termina de ayudar a levantarme. Murmuro, obligada, un gracias un poco desganado.

-…ufff, ¿vaya golpe? -me mira -¿puedo compensarte? –dice.

-¡Además, atrevido!. –Pienso mientras le miro segura de declinar su oferta. Hoy es el día para mi Príncipe… pero cuando estoy a punto de hablar… me digo a mi misma una vez más… -¡Los cuentos son cosa de niñas!.

Sonando Lily Allen - Friday night



7 comentarios:

Ender Wiggins dijo...

Tengo un TOC (Trastorno Ortográfico Compulsivo) con lo de las expresiones, lo sé, pero es "¡ahí te roben!"

me gusta. Desde aquí animo publicamente a nuestros colaboradores (de los cuales me he cepillado (no malpenséis, pervertidos) a dos en plan webmaster cabrón porque no han posteado NADA NUNCA) a que versionen el relato cogiendo a otros personajes o inventándose nuevos. Y si queréis los visitantes, podéis enviarnos vuestras versiones, o publicarlas como comentarios

Anónimo dijo...

Gracias, ya lo cambie...

A modo de futuro consejo, la próxima vez además de indicarme que está mal dime como corregirlo, que de tres posibilidades lo he puesto dos veces mal... burrrrrroooo que es uno uno.

Jon Nieve dijo...

Por fin has salido del armario....
que todos lo sepan a duczen le gusta el olor de otros hombres.... (ademas del olor del café recién echo...)

Anónimo dijo...

Siempre he creído que todos al leer un texto ajeno lo interpretamos según nuestra realidad...

Pd.: Una cosa es verdad, me gusta el café, pero no tirarlo según lo terminas de hacer...

Anónimo dijo...

Acabo de caer que hace mucho que no charlamos un domingo antes de hacer el tiroles sobre esos armarios perfilados que tanto te gustan... aleroiloroi

Pujimon dijo...

Es que todo pasa en el metro? Quien nos compensa a los que vivimos en una ciudad sin él? El gobierno ¿no?

Por lo demás, se puede leer.

Anónimo dijo...

Vivimos en una ciudad que no necesita metro... ya estamos compensados al respecto.